

Asteroide B612
La nuevalengua no es cosa de novelas
Queridos viajeros interlinguales, en estas vacaciones de Navidad las hemos pasado leyendo mucho, por supuesto. ¡La curiosidad de las traductoras nunca duerme! Y nuestro interés por otras galaxias, tampoco.
Entre los libros con los que brindamos en Nochevieja estuvo 1984, esa joya de la literatura inglesa que a nivel lingüístico podría pertenecer a la corona. Si no habéis tenido el placer de leerlo os introducimos en el tema para que podáis encaminaros hacia la galaxia del Socing y, más concretamente, de la nuevalengua. La obra se ambienta en un Londres distópico gobernado por el Partido. El hambre y la pobreza se han apoderado de vida de casi todo ser vivo. Aun así, la adoración a su gran líder, el Hermano Mayor; el odio a Eurasia y Esteasia, la manipulación del pasado y la represión mental llevada a cabo por la policía del pensamiento y en su sentido más práctico mediante la nueva lengua, mantiene al pueblo inglés en un continuo sentimiento de fervor y adormecimiento frente a la realidad.
Citando el apartado Principios de nuevalengua de la obra, «La nuevalengua era el idioma oficial de Oceanía y había sido ideada para hacer frente a las necesidades ideológicas del Socing o socialismo inglés. […] El propósito de la nuevalengua no era solo proporcionar un medio de expresión a la visión del mundo y los hábitos mentales de los devotos del Socing, sino que fuese imposible cualquier otra forma de pensar». Esto es, en resumidas cuentas, la modificación del idioma para trasformar la mente de los hablantes. Y como Hacienda, los hablantes somos todos.

Y vosotros pensaréis: «Bueno, esto es cosa de una novela, no es algo que pueda pasar en el mundo real». Pues sentimos deciros, queridos viajeros, que os equivocáis. Y mucho.
En nuestro viaje espacial por 1984 nos topamos con un meteorito que trataba justo de lo que os estamos hablando, un artículo del periódico Público titulado «2017, el año que nos dijeron que la pobreza es cool y la precariedad es trendy». Ya podéis haceros una idea de qué trata el asunto. Aquí vamos a explicaros qué significa cada palabra de nuestra nuevalengua para que podáis juzgar por vosotros mismos.
El artículo comienza hablando del nesting o en cristiano «no salgas de casa, que se te va a quitar la ansiedad y se te va a despejar la mente». La última moda para pasar el fin de semana lo llaman. Nosotras preferimos la definición que propone el periódico. Para ellos el nesting es «quedarse todo el fin de semana en casa porque el salario de miseria de tu contrato basura no permite el alarde de tomarse una cerveza».
Seguimos para bingo con el job sharing, básicamente compartir puesto de trabajo (y sueldo). Según El País es una tendencia que no deja de ganar adeptos en Europa. ¿A que suena bien?
A partir de conocer que a lo mejor tenemos que share our job y nuestro salario, ¿por qué no vamos a cobrar en “beneficios” laborales? Esa es la maravilla que expresa el término bautizado como salario emocional. El hijo de «El dinero no lo es todo» se está haciendo mayor y cada vez se practica más en las empresas españolas. Los “beneficios” laborales que se aplican a cambio de una reducción de sueldo no son otros que la flexibilidad de horarios, la conciliación familiar y un buen ambiente de trabajo. ¿Entendéis ahora por qué hemos entrecomillado beneficios?
La lista de palabras es larga. Lo que os hemos mostrado son solo pequeños meteoros de esta galaxia a la que os invitamos a visitar. Al pie os dejamos la imagen de la editorial de Público con el enlace para que podáis traspasar la puerta a esta verdad. Porque aunque a más de uno nos vaya a salir una úlcera leyendo esta realidad, es necesario conocer la lengua utilizada por los medios para poder decidir si queremos protegernos de ella o no.
¡El conocimiento nos hará libres!